El vídeo está ganando protagonismo en Internet a un ritmo frenético. La cultura audiovisual se torna cada vez más participativa, su accesibilidad es de bajo coste, los equipos de visionado son más ligeros y las plataformas de difusión existentes hacen que cualquier contenido sea susceptible de ser visto de manera masiva.
Muchos auguran que en pocos años el vídeo generará la mayor parte del tráfico en la red. La tendencia, según los expertos, parece clara. Pero al igual que crece el tráfico en formato audiovisual, crece el número de plataformas a través de las cuales podemos distribuir los contenidos. Este hecho plantea un nuevo dilema al que también nos enfrentamos en Alquimista de Ideas como productora audiovisual: ¿Qué plataforma es la más idónea para publicar los vídeos? ¿YouTube? ¿Vimeo? ¿Facebook? ¿WhatsApp?
YouTube, Vimeo, Facebook y WhatsApp son las plataformas de difusión de vídeo más comunes. A continuación analizamos sus ventajas e inconvenientes. En próximos post hablaremos de otras plataformas disponibles para difundir este formato como son Instagram, Vine o Twitter.
YouTube es la plataforma/red social de vídeo más importante. Es gratuita -de momento-, es la que cuenta con el mayor número de vídeos -se comparten 300 horas de vídeo por minuto-; con mayor número de usuarios -más de mil millones-; y miles de millones de visualizaciones diarias. Hay que destacar que favorece su posicionamiento el hecho de pertenecer a Google.
YouTube es el segundo buscador detrás de Google, por lo que parece lógico pensar que cualquier vídeo obtendrá aquí la mayor visibilidad posible. Y es que Google dedica buena parte de su primera página de resultados a los vídeos de su propia plataforma. Además, incrustar contenidos de Youtube en una página Web mejora el posicionamiento orgánico en el buscador.
Pero no todo son ventajas. Youtube tiene un alto nivel de contenidos publicitarios, pocas posibilidades de personalizar el reproductor y un reducido número de funciones útiles para profesionales.
Otra desventaja importante de cara al usuario profesional es la gran cantidad de contenidos de dudosa calidad que gozan de gran popularidad en esta red. Como consecuencia, el contenido de una empresa no sólo pasa desapercibido, sino que puede incluso perjudicar su imagen de marca.
Pongamos el ejemplo de una empresa del sector turístico que ofrece visitas guiadas por el casco antiguo de su ciudad. Pues bien, la empresa decide producir un vídeo para mostrar a sus clientes potenciales los atractivos del barrio. Sin embargo, es probable que en YouTube, bajo la búsqueda «casco antiguo ciudad X», aparezca un botellón universitario -o similar- por delante de los reportajes de calidad de la marca.
Vimeo tardó poco tiempo en convertirse en la plataforma preferida para muchos profesionales del vídeo, de los artistas y de todos aquellos que anteponen la estética, la funcionalidad ylas herramientas profesionales a las ya citadas ventajas del gigante YouTube.
La diferencia más destacada con Youtube es que en Vimeo los vídeos cuentan con un mínimo de producción y elaboración. Aquí se dan cita mayoritariamente usuarios avanzados, profesionales o no, que comparten contenidos de alto valor estético-artístico, técnico o relevante en formato audiovisual. Estos usuarios valoran justamente los vídeos trabajados y de calidad. Con ello, las marcas no se arriesgan a aparecer entre vídeos de baja calidad.
Pero Vimeo ofrece además ventajas de tipo operativo. La primera de ellas es que se pueden publicar vídeos privados, protegerlos con contraseña, y compartirlos de forma sencilla sin que sean difundidos. Éso de manera gratuita. Pero también hay opciones de pago interesantes y que ofrecen ventajas claras: desaparecen los anuncios; tenemos la posibilidad de personalizar el aspecto del reproductor para incrustar el vídeo en nuestra web y así eliminar cualquier referencia a Vimeo; además ofrece vídeo «pay per view», lo cual favorece a sectores como el de la formación y de la producción de ficción independiente. También nos gusta Vimeo porque se puede sustituir un vídeo sin que se vea alterado el número de reproducciones.
Por otro lado, las desventajas de Vimeo son las ventajas de Youtube. El buscador Google no le otorga demasiada importancia a los contenidos ofrecidos por su más directo competidor en vídeo, por lo que es poco probable aparecer entre los vídeos seleccionados para su primera página. Tampoco lo valora en demasía para el posicionamiento Web. Además, el número de usuarios es mucho más reducido y por lo tanto el número de reproducciones es más bajo.
Por otra parte, la versión gratuita limita considerablemente las posibilidades. Nos referimos, por ejemplo, al número de vídeos que se pueden subir y a su calidad, ya que sólo está disponible el HDV de 720p y no el FullHD.
Facebook, por su parte, permite compartir un vídeo directamente en la propia plataforma y promete darle la máxima difusión. Eso sí, solamente a corto plazo. La red social con más usuarios del mundo difunde los contenidos rápidamente por todos los muros de amigos, familiares o seguidores. De este modo, los vídeos se reproducen automáticamente.
En los dos primeros días se consigue un número elevado de visionados, pero pronto el contenido desaparece en el fondo del timeline. El problema, en este caso, es que Facebook no permite buscar contenidos. Si queremos volver a verlos, sólo es posible si nos acordamos de quién los compartió. Una vez hecho el recordatorio, habría que «bucear» hasta las profundidades de su muro para encontrarlos.
Este vídeo que publicamos hace algún tiempo bajo nuestra marca Lipdub & Flashmob obtuvo el 95% de sus reproducciones en los tres primeros días. Llevó un ritmo mucho más elevado que en otras plataformas. Sin embargo, con el paso de los días, Youtube acabó superando a Facebook.
Un problema añadido que hemos descubierto con la elaboración de este post es que el código de inserción para colocar vídeos de Facebook en nuestras páginas web no funciona.
El «Paso de Semana Santa» portado a cuestas por un grupo de hormigas y conformado por un gusanito y una cruz elaborada con un palillo, ha alcanzado una notable viralidad mediante Whatsapp. Sólo bastó con enviarlo a un grupo de amigos con muchos miembros. Así de fácil. Este es el poder de WhatsApp: conseguir en unos instantes cientos de reproducciones. Sin embargo, esta obra, en el instante en que estamos escribiendo estas líneas, tiene tan sólo 144 reproducciones en YouTube.
La conclusión es clara: máxima viralidad y máxima velocidad de difusión. En contra hay un gran inconveniente: no hay modo de medir el alcance de nuestro trabajo. Además, la calidad se ve afectada por el hecho de que la aplicación limita el tamaño en MB de los archivos difundidos. Otro factor adverso es que se pierde el control de nuestro contenido, ya que cualquiera puede añadir un comentario erróneo o inapropiado al mismo.
En Alquimista de Ideas hemos sacado nuestras conclusiones sobre las diferentes plataformas y en muchos casos optamos por un uso mixto. Publicar en Youtube parece inevitable. Aunque algunos aspectos son mejorables, el factor SEO pesa mucho. Por otro lado, si tu producto no encaja en Youtube, siempre puedes publicarlo también en Vimeo para después promocionar sólo esta segunda plataforma.Y si tienes claro que tu producción audiovisual va dirigida a un público muy concreto y su difusión se realizará por recomendación en redes sociales y blogs, más que por buscador, Vimeo es la opción de más calidad. Si estás lanzando un producto, una campaña o un evento, y necesitas una difusión rápida, Facebook es tu mejor aliado, aunque siempre conviene combinar esta opción con una publicación en Youtube y/o Vimeo. Y para terminar, Whatsapp puede ser el último empujón para tu vídeo. Llegará al bolsillo de muchos, pero dejará de ser tuyo, sufrirá modificaciones y perderá calidad.
Y tú, ¿por qué opción te decantas?
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